PARA EL CUMPLIMIENTO DE ESTA LEY, LOS CLIENTES QUE ESTÉN OBLIGADOS A ELLA, COMO SUPERMERCADOS, BARES, RESTAURANTES, COMERCIO MINORISTA Y MAYORISTA DE ALIMENTACIÓN Y BEBIDA, Y EN GENERAL TODOS LOS QUE TRATEN CON ALIMENTOS Y BEBIDAS, DEBEN PONERSE EN CONTACTO CON LA EMPRESA CON LA QUE TENGAN CONTRATADA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA Y EL CONTROL DE PLAGAS.
Información detallada relativa a las obligaciones que la reciente Ley 1/2025, de prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario, establece para los pequeños comercios minoristas de alimentos (tales como tiendas, supermercados de reducida superficie, fruterías y panaderías) así como para bares y restaurantes de tamaño modesto (con una plantilla inferior a 50 empleados o con un volumen de facturación anual que no exceda los 10 millones de euros), por último, un pequeño resumen para las empresas agrícolas de gran escala.
Si bien la citada normativa contempla ciertas flexibilidades en su aplicación para este tipo de establecimientos, deben cumplir con las disposiciones de carácter general, con el objeto de evitar posibles sanciones derivadas de su incumplimiento.
- Obligaciones esenciales para el pequeño comercio minorista de alimentos:
- Plan de prevención del desperdicio alimentario: Se requiere la elaboración y documentación de un plan sencillo, adaptado a la naturaleza específica de su actividad comercial. Este plan deberá identificar los productos que con mayor frecuencia resultan en pérdidas (por ejemplo, fruta en un estado avanzado de maduración o pan no vendido del día anterior) y definir medidas preventivas destinadas a la reducción de dichas pérdidas. A título ilustrativo, algunas acciones prácticas podrían incluir la creación de ofertas especiales para productos próximos a su fecha de caducidad, la optimización de las técnicas de almacenamiento para extender la vida útil de los alimentos y la realización de compras más ajustadas a la demanda real. Aplicación de la jerarquía de usos: En el supuesto de disponer de excedentes alimentarios, la ley establece un orden de prioridad para su destino. En primer lugar, se debe procurar la venta de estos productos mediante la aplicación de descuentos o antes de que alcancen su fecha de caducidad. Si los productos aún son aptos para el consumo humano, se considerará su donación a entidades sociales. Únicamente en el caso de que los alimentos ya no sean aptos para el consumo humano, podrán destinarse a la alimentación animal, utilizarse como subproductos o para compostaje. La normativa prevé cierta flexibilidad, siempre que quede debidamente justificada, si la donación no resulta viable por motivos de índole logística, sanitaria o económica. Fomento del consumo responsable: Es importante proporcionar a los clientes información clara y precisa sobre la diferencia entre la «fecha de caducidad» y la «fecha de consumo preferente», con el fin de evitar confusiones y minimizar el desperdicio a nivel doméstico. De igual modo, en caso de optar por la venta de productos que no cumplen con los estándares estéticos habituales («productos feos») o que se encuentren próximos a su fecha de consumo, esta práctica deberá llevarse a cabo de manera segura y con información visible para el consumidor.
- Fecha de caducidad: El alimento no debe consumirse después de esa fecha, ya que puede suponer un riesgo para la salud. Frase habitual: “Fecha de caducidad: dd/mm/aaaa”. Después de esta fecha, el alimento no es seguro, aunque no huela mal ni tenga mal aspecto.
- Fecha de consumo preferente: El alimento puede consumirse después de esa fecha sin riesgo para la salud, aunque puede haber pérdida de calidad (sabor, textura, aroma). En alimentos no perecederos como galletas, cereales, arroz, conservas, etc. Frase habitual: “Consumir preferentemente antes de: dd/mm/aaaa”.
- Registro del desperdicio: Se exige mantener un registro básico de los alimentos que se desperdician, así como de las causas que originan estas pérdidas. Este registro puede consistir en una tabla sencilla y no implica la necesidad de utilizar software específico.
- Donaciones de alimentos (si procede): Si el comercio genera excedentes de alimentos que aún son aptos para el consumo, se deberá priorizar su donación a organizaciones benéficas o bancos de alimentos de ámbito local, siempre y cuando se disponga de la capacidad para ello. No obstante, esta obligación no será exigible en ausencia de excedentes o si la donación no resulta viable.
- Formación básica del personal: El personal deberá recibir información fundamental acerca de las buenas prácticas en la conservación de alimentos, la relevancia de la rotación de productos (siguiendo el principio FIFO: primero en entrar, primero en salir) y una gestión y manipulación adecuada del inventario para minimizar las pérdidas.
- Establecer una sección específica con descuentos para frutas que se encuentren en un estado de maduración avanzado.
- Formalizar un acuerdo de colaboración para la donación del pan que no se haya vendido al finalizar el día a una asociación local (en caso de que sea factible).
- Colocar carteles informativos en el establecimiento, con mensajes como: «¿Sabía que puede consumir productos pasada su fecha de consumo preferente si su apariencia y olor son normales?».
- Mantener un registro en un formato sencillo (por ejemplo, una libreta) donde se anoten los productos desperdiciados, la cantidad y la causa (ejemplo: «29/04: 2 kg de tomates con golpes – desechados»).
- Obligaciones para bares y restaurantes pequeños:
- Plan de prevención del desperdicio: Se requiere la elaboración de un plan interno de carácter sencillo y adaptado a su operativa habitual, que identifique los puntos donde se producen las mayores pérdidas de alimentos (por ejemplo, en la cocina durante la preparación, en los platos no consumidos por los clientes o en los excedentes de ingredientes). El plan deberá incluir las medidas que se implementarán para reducir estas pérdidas, tales como el ajuste del tamaño de las raciones, el reaprovechamiento de ingredientes en diferentes elaboraciones o la mejora en la planificación de las compras. Este plan deberá estar documentado de forma básica.
- Ofrecer a los clientes la posibilidad de llevarse la comida no consumida: Es obligatorio ofrecer a los clientes un envase adecuado, de forma gratuita, para que puedan llevarse los alimentos o bebidas que no hayan consumido en el establecimiento. Esta opción deberá ser comunicada a los clientes de manera visible, ya sea mediante carteles situados en el local o incluyendo la información en la carta o menú.
- Aplicación de la jerarquía de uso de excedentes: En caso de que sobren alimentos que aún sean aptos para el consumo, la prioridad deberá ser su donación a entidades sociales para el consumo humano. En segundo lugar, se podría considerar su uso para la alimentación animal o su transformación en otros productos. Si los alimentos ya no son aptos para el consumo, podrán utilizarse como subproductos o para compostaje.
- Colaboración con entidades sociales (si aplicable): Si el bar o restaurante genera excedentes de alimentos aptos para el consumo de manera frecuente, se deberá valorar la posibilidad de donarlos a bancos de alimentos u otras organizaciones benéficas. No se exigirá la donación en ausencia de excedentes o si no resulta viable, pero en estos casos se deberá justificar el motivo.
- Formación básica del personal: El personal deberá estar informado sobre las buenas prácticas para la reducción del desperdicio alimentario. No es necesario realizar cursos específicos, pero deberá existir una concienciación general y unos hábitos adecuados en la cocina y en el servicio para evitar pérdidas innecesarias.
- Registro básico del desperdicio: No se exige un sistema de registro complejo. Será suficiente con mantener un control sencillo de qué alimentos se desperdician y el motivo (por ejemplo, mediante anotaciones en una libreta o en una hoja de cálculo).
Es de suma importancia que tanto el pequeño comercio minorista de alimentos como los bares y restaurantes pequeños examinen detenidamente estas obligaciones y comiencen a implementar las medidas necesarias para su cumplimiento dentro de los plazos establecidos por la ley.
- Principales obligaciones para una empresa agrícola de gran tamaño bajo la ley:
La Ley 1/2025 de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario también resulta de aplicación a las grandes empresas agrícolas, siendo las obligaciones en este caso potencialmente más estrictas debido a su mayor volumen de producción y distribución. Estas empresas asumen una responsabilidad más amplia y, por consiguiente, deben cumplir con disposiciones más detalladas para la reducción del desperdicio alimentario.- Prevención del desperdicio en la producción y cosecha: Las empresas agrícolas deberán implementar medidas dirigidas a la reducción de las pérdidas en el proceso de cosecha y producción. Esto puede incluir la optimización de las técnicas de cosecha para minimizar los daños a los productos, la implementación de tecnologías que permitan identificar y aprovechar productos que de otro modo se perderían y el aprovechamiento de partes de los productos que habitualmente se desperdician (como cáscaras, tallos o raíces) para otros usos.
- Gestión de excedentes y productos no vendidos: Las grandes empresas agrícolas deberán adoptar medidas para la gestión de los excedentes de productos que no se comercializan. Esto implica el establecimiento de mecanismos para la donación de productos a organizaciones benéficas o bancos de alimentos, la distribución de productos a través de canales de descuento o de segunda oportunidad antes de su fecha de caducidad y la formalización de acuerdos con empresas de transformación para el aprovechamiento de productos no vendidos en fresco (por ejemplo, para la elaboración de zumos o conservas).
- Reciclaje y compostaje: Las grandes empresas agrícolas deberán asegurar una gestión adecuada de los residuos generados en el proceso productivo. Esto implica la separación de residuos orgánicos y reciclables para promover su reciclaje y compostaje, así como la posible utilización de los residuos agrícolas como materia prima para otros procesos industriales (por ejemplo, la producción de biocombustibles o fertilizantes).
- Educación y sensibilización en toda la cadena de suministro: Dada la habitual participación de las grandes empresas agrícolas en extensas cadenas de suministro, recae sobre ellas la obligación de sensibilizar a productores, distribuidores y otros actores involucrados en la cadena acerca de la importancia de la reducción del desperdicio alimentario. Esto puede incluir programas de formación dirigidos a agricultores, distribuidores y empleados sobre las mejores prácticas en la gestión de desperdicio alimentario. Tienen la obligación de cursos de formación a sus trabajadores.
- Fases de Aplicación de la Ley:
Para completar esta información, te indico los plazos de vigencia de la ley:- Disposiciones generales (obligaciones de consumidores y empresas): 3 de abril de 2025. Aplicación inmediata tras su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Esto implica que, desde esta fecha, tanto consumidores como empresas deben acatar los principios fundamentales establecidos en la ley (por ejemplo, los restaurantes deben ofrecer a los clientes la posibilidad de llevarse la comida no consumida).
- Elaboración de Planes de Prevención para empresas agroalimentarias medianas y grandes: 3 de abril de 2026. Las empresas disponen de un año para adaptar sus procesos y elaborar los Planes de Prevención de Pérdidas Alimentarias.
- Formalización de acuerdos de donación con entidades sociales: 3 de abril de 2026. Será obligatorio contar con convenios de donación firmados y debidamente registrados con organizaciones sociales para la gestión de excedentes alimentarios. (Esto no aplica para las pequeñas empresas).
- Sistemas de medición y reporte de pérdidas alimentarias: 3 de abril de 2026. Las empresas deberán implementar sistemas para medir y reportar de forma periódica las pérdidas alimentarias a la autoridad competente.
- Campañas de sensibilización ciudadana (por parte del gobierno): Desde abril de 2025 en adelante, se prevé la realización de campañas anuales con el objetivo de concienciar a la ciudadanía sobre la importancia de prevenir el desperdicio alimentario.
Esperamos que esta información sirva de ayuda, y para cualquier información adicional, no dude en contactarnos.